Hablando de instalaciones centralizadas orientadas al sector servicios, el escenario es algo más complejo en comparación con el mercado de la vivienda. Es cierto que la aerotermia se extiende rápidamente en la edificación de tipo colectivo (prescribiéndose de forma recurrente para gimnasios y sector hotelero, por ejemplo), pero en esta tipología de instalaciones hay más variables a tener en cuenta cuando se selecciona el producto óptimo.
Una primera a considerar sería en cuanto al tipo de curvas de consumo que nos podemos encontrar en instalaciones de tipo centralizado. En este tipo de instalaciones las puntas de consumo pueden ser muy elevadas (de hasta el 60-70% del consumo total diario). Si queremos satisfacer y mantener el confort de uso, premisa fundamental en cualquier instalación, para solventar la instalación con sistemas aerotérmicos tendremos que ir a tecnologías muy específicas y eficientes que permitan trabajar a alta temperatura con una variación mínima de sus prestaciones en función de la zona climática considerada (sistemas con ciclo de CO2, por ejemplo), apoyándonos en sistemas de acumulación de gran tamaño para poder almacenar la energía necesaria para satisfacer la punta de consumo.
Independientemente de la cuestión del confort, en las instalaciones de tipo centralizado (salvo en edificios de viviendas), hay una exigencia normativa a cumplir en relación al RD 865/2003 y UNE 100030:2017, en cuanto a la prevención y control de la legionella en las instalaciones. En las instalaciones dentro del ámbito de aplicación de esta normativa sanitaria, hay que realizar unos choques térmicos preceptivos a 70 ºC, que requieren una producción de agua en circuito primario a alta temperatura.
Otras soluciones que de forma natural no pueden alcanzar estas temperaturas, necesitan de sistemas de apoyo con baja eficiencia energética (generalmente mediante resistencias eléctricas) para poder alcanzar estos valores de trabajo. En el caso de tecnología aerotérmica con refrigerante R744 (CO2), se puede cumplir sin problema con esta necesidad de temperatura.
En la edificación de tipo colectivo, la caldera de gas de condensación continúa y entendemos que continuará siendo una solución óptima para la producción de A.C.S. (cumpliendo también sin problemas el indicador de consumo de energía primaria no renovable del futuro CTE HE 0 independientemente de la zona considerada). Además de poder adaptarse a la demanda de la instalación de forma rápida para asegurar el confort, pudiendo trabajar con volúmenes de acumulación más reducidos en función de otras tecnologías más inerciales, la caldera de gas permite trabajar en rangos de temperatura elevados sin ningún problema, con un coste de instalación y utilización optimo en comparación con otros sistemas de generación que también pueden alcanzar estas temperaturas elevadas. Entendemos, no obstante, que en un futuro cercano la oferta de sistemas aerotérmicos de alta potencia irá creciendo, permitiendo reducir el precio de estos equipos por existir una oferta más completa.
Es muy probable, que a medida que las diversas tecnologías vayan buscando su encaje tanto en tipo y tamaño de instalación como en función de la zona climática donde se tenga que acometer la instalación, la tendencia en nueva edificación será ir hibridando sistemas de producción tanto para la parte de climatización como de producción de agua caliente sanitaria. Todo parece indicar que la alianza entre los sistemas aerotérmicos y los sistemas de producción fotovoltaica, serán una solución recurrente y alineada con los objetivos de descarbonización que pretenden alcanzarse en 2050. En ese sentido, el Real Decreto 244/2019 que regula el autoconsumo, simplifica la instalación de soluciones fotovoltaicas.
En cualquier caso, faltan todavía 30 años para esa fecha y en ese camino no debería olvidarse la combinación de caldera de gas de condensación y energía solar térmica para producir A.C.S. (sobre todo para instalaciones de tipo centralizado con altas demandas de agua caliente). Independientemente de la percepción del mercado de esta tecnología, la energía solar térmica es la forma más eficiente de producir A.C.S. en un país con un nivel de radiación solar tan elevado como es España. En relación a la descarbonización, es interesante destacar que la huella de carbono por cada kWh generado es 14,9 veces superior en el caso de los paneles fotovoltaicos en relación con los captadores térmicos. No deberíamos, por tanto, olvidar esta tecnología para la producción de A.C.S.
En conclusión y dado que en el futuro dispondremos de un número mayor de tecnologías eficientes y renovables para resolver las instalaciones de agua caliente sanitaría y teniendo en cuenta que esta demanda cada vez tendrá más peso en la factura energética del edificio, deberemos analizar muy bien cuál es la mejor solución teniendo en cuenta los tipos de consumo, el tamaño de la instalación y la ubicación del edificio. Cada instalación tendrá su solución óptima, habiendo lugar para todas las tecnologías que existen en el mercado.
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